Hasta siempre compañera Norita!

Murió Nora de Cortiñas, Norita, la Madre que desde hace tiempo es un emblema de lucha de las causas justas en nuestro país y el mundo.

Se fue el día de la ronda, este jueves 30 de Mayo, después de una marcha incansable iniciada hace 47 años, cuando conoció y se sumó a las Madres de Plaza de Mayo, iluminando un camino de resistencia frente al terrorismo de Estado.

Norita se casó a los 19 años con Carlos Cortiñas, tuvo dos hijos y como solía contar, su vida hubiese transcurrido como cualquier ama de casa de un barrio del conurbano bonaerense, de no ser por aquel fatídico 15 de abril de 1977, cuando integrantes de las fuerzas armadas secuestraron y desaparecieron a su hijo Gustavo, que era estudiante de ciencias económicas y militante de la juventud peronista.

Desde entonces, no hubo nada ni nadie que detuviera su lucha, la lucha tenaz de Las Madres por saber dónde estaban sus hijos e hijas, y que los militares no pudieron quebrar ni aún con el secuestro y desaparición de las Madres fundadora Esther Ballestrino de Careaga, María Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de De Vicenti.

Bajo el imperio del Estado de sitio y el montaje de más de 300 centros clandestinos de tortura y muerte, ellas siguieron reclamando y marchando alrededor de la Pirámide de Plaza de Mayo, transformándose en un símbolo de resistencia contra la dictadura genocida que las tildó como “las locas” y, a las que en un principio, nadie o casi nadie se quería acercar…

Tras la caída de la dictadura se convirtió en una referente de Madres Línea Fundadora. Independiente de todos los gobiernos, jamás dejó de reclamar ante el poder político por el destino de las y los 30 mil y que abrieran los archivos. La Plaza de Mayo y la ronda fueron el lugar desde dónde enseñó que la lucha por los derechos humanos no se agota en el reclamo contra la impunidad, por memoria, verdad y justicia para los crímenes de la dictadura. Ella no dejó de denunciar la deuda externa fraudulenta, como mecanismo de dominio de los poderes imperialistas y los planes económicos del FMI, aplicados por los distintos gobiernos. Fue la defensora de la causa palestina, de las mujeres y el pueblo kurdo, de las y los oprimidos de Saharaui, de Haití, y tantos otros, donde la lucha contra la opresión y represión lo requería, allí estaba Norita, apoyando los conflictos de trabajadores, contra el gatillo fácil, sumándose al movimiento de mujeres con su pañuelo verde, al reclamos de desocupados/as.

Norita, la madre de una y mil batallas, estará presente, ahora y siempre, en las luchas de la clase trabajadora y nuestro pueblo. Nuestro homenaje y compromiso con su prédica y ejemplo, es seguir luchando por todas las causas justas, hasta acabar con el sistema de opresión y explotación capitalista.

Compañera Norita ¡hasta la victoria siempre, venceremos!