Las “Lucy” de la historia y el 1º de mayo.

Ezio Agretti

Las grandes luchas del movimiento feminista en las últimas décadas, no sólo estuvieron centradas en la reivindicación de los derechos de las mujeres y la denuncia de los abusos perpetrados diariamente por una sociedad que se niega a abandonar su carácter patriarcal. También han tenido (y tienen) como objetivo “saldar las deudas de la historia” para con las mujeres.

En Argentina, de a poco, los actos reivindicativos comienzan a incorporar a las “mujeres de Malvinas” o las “Madres de la Patria”, tanto tiempo invisibilizadas. Pareciera que los grandes acontecimientos en la historia de la humanidad sólo han tenido héroes y no heroínas, revolucionarios y no revolucionarias, luchadores y no luchadoras.

Por eso no es llamativo que al pensar en el 1º de mayo, sólo hagamos mención a LOS mártires de Chicago. Es verdad que los condenados a muerte por luchar tras los sucesos en la Plaza Heymarket fueron ocho hombres. Pero también es innegable el destacado papel que tuvieron muchas mujeres en ese proceso.

Una de ellas fue Lucy González, compañera de vida de uno de los mártires: el periodista Albert Parsons. Esta extraordinaria mujer, hija de una esclava negra y un mestizo mexicano nunca dejó de luchar por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Dos años antes del acto de Chicago, había publicado su “Dedicatoria a los vagos”, explicando brillantemente el concepto de “Plusvalía” (sin mencionarlo), denunciando cómo los explotadores sumían a sus trabajadores a la miseria, exprimiéndole hasta la última gota con el fin de mantener sus exorbitantes tasas de ganancias. Y los convertían en vagabundos a la fuerza.

Luchó desde la teoría y desde la acción. Y a pesar del dolor que le significó perder a su compañero, la “mulata que nunca llora”, como el gran José Martí la describiera, siguió dedicando su vida a la clase trabajadora y tratando de que el sacrificio de Albert y sus siete compañeros no quedara en vano.

Hoy, la clase obrera mundial tiene su día -nuestro día-, en gran medida, gracias a la inclaudicabilidad de Lucy. Lucy Parsons… Lucy González… es la síntesis dialéctica perfecta entre la lucha de las mujeres y la lucha de la clase trabajadora.

Por eso la burguesía le teme tanto a esa combinación. Por eso un gobierno antiobrero como el de Javier Milei ataca permanentemente a las mujeres, a sus luchas, a sus derechos. Tanto desde lo simbólico como desde lo material. Sabe perfectamente el peligro que significa para el régimen. Que cuando las mujeres salen a pelear se convierten rápidamente en marea… o en tsunami.

Este 1 de mayo se espera una movilización enorme en nuestro país. Una continuidad de un plan de lucha que parece haberse iniciado con la gran marcha universitaria del 23 de abril. En esa marcha confluirán mujeres, estudiante y la clase obrera en su conjunta. Pero también rondarán los fantasmas de Lucy y tantas otras. Quizás esta vez con lágrimas, pero de gozo.